lunes, 16 de junio de 2008

Ogwa deja un rico legado gráfico de su pueblo Ishir


Tras padecer una larga y penosa enfermedad, ayer dejó de existir uno de los grandes referentes del arte de nuestro país. Ogwa Flores Balbuena, reivindicó con su arte al pueblo nativo, al tiempo de dejar patente en el papel su historia, sus costumbres y su mitología. Hoy será sepultado en el Cementerio del Este.
El desaparecido artista plástico Ogwa Flores Balbuena es un pintor perteneciente a la etnia ishir (también conocida como chamacoco), que habita en el norteño departamento de Alto Paraguay, en el Chaco.Ogwa nació el 22 de setiembre de 1938 en Puerto Caballo, Alto Paraguay, y ayer falleció en su casa de la compañía Tarumandy de Luque, donde está siendo velado, tras sufrir una larga enfermedad oncológica, que en los últimos tiempos le llevó a hacer largos tratamientos.Hoy, desde las 9:00 hasta las 11:00, se le velará en el Centro Cultural La República El Cabildo, para luego partir hacia su última morada, que será el Cementerio del Este.

La profesora Elizabeth Vinader expresó a nuestro diario su hondo pesar por el fallecimiento de este gran artista, “que siempre mantuvo su gran obra con mucha humildad, trabajando en silencio, pero muy sólidamente”. Por otra parte, la periodista y miembro del Fondec Judith María Vera, quien acompañó a la familia desde el momento de conocerse la noticia, dijo “que se va uno de los grandes artistas del Paraguay, alguien que dio mucho sin pedir nada”.Según la doctora Ana María Spadafora, antropóloga investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), de Argentina, la obra de Ogwa se destaca no solo por la creatividad con que el artista escenifica la mitología tradicional del pueblo ishir, los paisajes chaqueños y las diversas especies animales que lo habitan, sino también por tener el mérito de ser la primera expresión plástica figurativa de un pueblo cuyas manifestaciones creativas tradicionales se cifraron en motivos abstractos y ligados a la pintura corporal. Su creciente interés por la pintura también es algo que destacar. Ogwa comenzó a pintar incentivado por la famosa etnógrafa eslovena Branislava Susnik, quien en la década de los cincuenta llegó a Alto Paraguay en busca del pueblo silvícola, y a fin de recopilar sus costumbres y su mitología, le entregó, por primera vez, papel y lápiz incentivándole a pintar: “Pinta para tu futuro”, le decía.

De www.abc.com.py/?fec=2008-05-11

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