viernes, 13 de junio de 2008

La primera reina de la belleza paraguayensis

Los que recuerdan a Anselmita aseguran que fue la mujer más bella de todos los tiempos. Pero no solo se distinguió por su figura. La adornaba otros atributos, como la humildad, porque jamás se envaneció, aun cuando la gente la considerase como inigualable
María Anselma Heyn Denis nació en Asunción en 1896. Era hija de Hugo Heyn, alemán, y de Anselma Denis. Fue última entre doces hermanos. Las primeras letras las aprendió con una profesora española llamada Purita Puñon de Sandoval. Finalizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Sagrado Corazón de París, Francia. Muy pronto comenzó a destacarse en Europa por su cultura y belleza. Hablaba perfectamente el francés, español y el guaraní, y en varias oportunidades defendió a su país ante la ignorancia de sus interlocutores europeos. Le molestaba que alguien confundiese o ignorase la geografía del Paraguay.
Cuando Anselmita tenía 19 años, el presidente del Unión Club, Arsenio López Decoud, organizó un concurso de belleza y solicitó a los padres la presencia de Anselma. La elección se realizó en el Teatro Nacional, hoy Teatro Municipal. Anselmita fue elegida Reina del Paraguay, en medio de una ovación popular.
Nuestra primera reina de belleza era muy culta y valiente, de ojos pardos, alta, el pelo castaño claro, con un cutis privilegiado y muy pocos afeites. Tenía un carácter alegre y afable. Siempre deseaba agradar a quienes trataba. Le gustaba todo lo típico, especialmente la comida. “Ella subía y bajaba de peso a voluntad”, comenta su hijo Hugo Ricardo.
Tenía muchas y muy buenas amigas. Lucía coqueta y le gustaba estar bien puesta dentro y fuera de la casa. Sus vestidos solían ser elegantes pero discretos, porque no le agradaba llamar la atención. Era reticente a las fotografías y pocas veces los familiares lograron que posara para alguna. Comenta su hijo que ella siempre decía que la belleza eran un don y lo realmente importante era lo que se tenía en la cabeza, o sea, el carácter.
Su juventud tan prolongado produjo extrañeza. Sus amigas, un poco indiscreta, le preguntaron una vez donde se había hecho la “cirugía”, porque se la veía siempre joven. Ella les respondió que jamás se había hecho esta operación. Ya madura, apenas se le notaban las arrugas.


Fuente: Diário NOTICIAS (Revista) (29 marzo de 1992, Asunción, Paraguay)

No hay comentarios: