jueves, 2 de agosto de 2007
EDGAR POE DE ÑEMBY ATERRIZA EN LA KAPITAL DE LA FICCIÓN
los cardúmenes (sin adjetivos)
al llegar a la corriente del jueves estallan(tampoco adverbios)
-por lo tanto me niego a informar cómo-
los perritos
cansados de esperar la muerte en una bolsa de arpillera derrapan
(el tiempo presente solo es de cortesìa
apenas le das una dentellada y zanseacabò)
hacia la noche que ya no los dejarà
asomar sino como acotaciones al margen de la inmovilidad del yuyal
los petulantes olores de mi glande
(sujeto a mano ante el muro) dicen de mi lo que calla mi culo
(sujeto non sancto pero recto) las livianas estallan derrapan huelen se asoman
sin decir nada
y a eso se llama
esperanza in absentia
la estela de la enumeraciòn ñembowitmaniana le da caza
(sabes que voy a decir " a los cazurros")
tambièn al tedio tembò
pero no puede matar eso no papi
la estela bustrofèdica tira pedo ( tranki no huele pero sopla tendercito)
pero ya no dispone la mesa a los comensales del (buen) sentido
entra para dormir en el ombligo de los ciempies takuchilos
entra para apagar el ajedrezado piso antes
del zuswan en el baño minimal del poeta fredi casco
(doctor horroris causa por la velvetiana axe guayaki super power)
por lo tanto el panorama no ofrece mayores ordalìas
el servicio de esta intemperie es de iso 9003
y por la rampa de itapytapunta
derivan una vez mas los kurupichos ahìtos de cebada
como (comparaciòn de rigor concretistas mis friends)
la amnesia frenètica de los ñakyras fatalistas del atardecer
Edgar Poe de Ñemby
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